*Aprendamos a vivir.*
En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma
(Salmos 94:19).
Reflexión: Hagámonos las siguientes preguntas: ¿estamos viviendo la vida? O simplemente, ¿estamos dejando que la vida nos lleve? ¿Cuántas veces nos hemos reprimido de hacer lo que queremos y hemos dejado que los demás decidan lo mejor para nosotros? si permitimos que el miedo a lo desconocido, al qué dirán o las opiniones de otros nos frustren e inmovilicen, vivimos una mentira, una vida que no es nuestra, porque queremos seguir los lineamientos que la sociedad nos impone. Cuántas veces hemos dejado de vivir el presente, el ahora, perdiendo el tiempo en el pasado, y dejándonos amargar y amarrar a las secuelas que quedan de él, o vivimos en el futuro, en eso que anhelamos con ansias y que pensamos que solo con eso podemos ser felices, pero no hacemos nada en el presente para lograrlo. Dios no ha regalado un mundo hermoso, lleno de colores, sonidos, sabores y olores, con cuadros maravillosos que iluminan nuestros días, con miles de oportunidades esperando a ser descubiertas por nosotros. Dios nos puso en este mundo con un plan, nos regaló el hermoso milagro de la vida, nos creó un mundo maravilloso, para que viviéramos en él, no para que sobreviviéramos. Levantémonos regocijados en Cristo Jesús, vayamos en busca de nuestra felicidad, de aquello que nos llena, que nos nutre, hay tantas fuentes de felicidad en nuestro entorno, solo tenemos que estar con los ojos abiertos observando hasta el más pequeño de los detalles, llenémonos de la risa y el amor desinteresado de los niños, de la compañía de nuestros hijos, sobrinos, hermanos, familiares, amigos y hasta de los desconocidos que nos hacen reír con sus ocurrencias. Acordémonos que nunca estamos solos, tenemos el amor incondicional de nuestro Padre Celestial acompañándonos en todo momento. Esforcémonos por ser felices, de nutrirnos de todas la fuentes de energía que Dios nos dejó, acerquémonos al Señor para que nos colme de su amor y su bendición, para que nos abra los ojos y nos enseñe a vivir y pidámosle perdón por los momentos en que nos dejamos llevar por la corriente y no hicimos el esfuerzo por vivir, pidámosle que nos desate del pasado y del futuro, y que nos ponga los pies firmes en el presente. Recordemos que la vida es una sola, es muy corta y solo tenemos una oportunidad de vivirla, no la desperdiciemos por miedos que viven en nuestra mente. Vivamos esta vida bajo la Gloria de Dios para que alcancemos también la vida eterna. Dios te Bendiga. Amén. Bendiciones y shalom.